martes, 1 de septiembre de 2009

No hace falta mentir


De la mentira a la traición tan solo hay un paso;

la mentira es el recurso de la desesperación también de la improvisación

la mentira es irresponsabilidad, inmadurez, maldad

es jugar con la expectativa y la confianza.



La mentira comienza donde se impone la verdad

la verdad es exacta e infinita, incuestionable

por eso nace la mentira, para no enfrentarla.



La mentira es la respuesta mal elaborada de lo queremos, en ocasiones

fatal y problemática.

La mentira es un juego macabro que ataca el corazón

marchita el alma y claro esta, otras almas.



La mentira para que no dañe debe anteceder una verdad contundente

sin revuelos ni retóricas, que pase desapercibida..

La mentira es el arma de los fracasados también de los perdedores

que pierden batallas una y otra vez.



La mentira es preámbulo de profanaciones

suscita la incertidumbre y la incomprensión

la mentira es medieval porque no existe y si aparece

es ilusa para convivir con ella.



La mentira es sinónima de la muerte,

de la muerte a la realidad y al amor propio

que no escapa del látigo de la condena unánime si se descubre.

La mentira es inescrupulosa y oscura

como una cueva húmeda y fría, sin salida.



La mentira es la tergiversación de lo real;

es la añoranza de anhelar o de querer prever, algo así como intentar adivinar

lo que otros quieren y necesitan.



La mentira no se justifica, la mentira es repugnante

la mentira es el arte dislocado de expresar sin teoría ni técnica

una fatal imaginación.



La mentira no cabe en la amistad, sobra en el coloquio

porque para ser amigos no hace falta mentir.



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